Si bien los trastornos de alimentación se dan predominantemente en mujeres jóvenes, están apareciendo también en hombres jóvenes cada vez más. El porcentaje de varones ha pasado de 5% a 10% en los últimos 5 años. Este es un dato interesante, ya que ratifica que no hay nada en la anatomía o fisiología femenina que haga que las mujeres tengan el uso privativo de esta patología. A su vez, refuerza la hipótesis de la fuerte influencia que ejerce la presión del contexto sociocultural en la aparición de este fenómeno.
Al igual que las mujeres que sufren de estos problemas, los hombres que desarrollan trastornos del comer también tienen:
v historias de obesidad que los han convertido en objeto de burlas en algún momento.
v La fuerte creencia de que si adelgazan serán más atractivos o más queridos
v La obligación de mantener un peso o figura específicos por su trabajo.
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