martes, 21 de junio de 2011

EL PROCESO DEL TRATAMIENTO

Evaluación: Antes de que alguien inicie un tratamiento, como paciente interno o externo, debe ser evaluado:
- Su estado físico y mental general.
- La gravedad de su trastorno.
- La eventual existencia de trastornos concurrentes.
- Su voluntad para cambiar.
Para que la terapia de resultado, los médicos y terapeutas necesitan la mayor información acerca de la persona a quien intentan ayudar.
Un trastorno de la ingesta implica todas las facetas de la vida de alguien:
- Su imagen de sí misma.
- Su relación con la familia y amigos.
- Su habilidad para hacer valer sus derechos y dar a conocer sus necesidades.
La mayor parte de los afectados obtienen del trastorno una gran parte de su propia imagen; es decir, mediante éste pueden verse como delgadas o especiales o fuertes. (Sólo hay que imaginarse qué se siente al desarrollar un rasgo del que alguien está especialmente orgulloso, sólo para que le digan que tiene que cambiarlo).
Esta es la tarea a la que se enfrentan las personas que se enfrentan a un tratamiento: Asumir que el rasgo del que se está tan orgullosa, es perjudicial.
Por esta razón, la evaluación ha de ser lo más detallada posible, de manera que el terapeuta pueda adaptar la terapia a cada paciente.
11.1.1. Cuestionarios: Se han desarrollado varios cuestionarios, especializados para evaluar a los pacientes. Estos ayudan a evaluar las actitudes de alguien hacia el peso y figura y clarifican las características psicológicas como los rasgos de la personalidad, el grado de desempeño social y problemas similares. Los más usados son:
  • TAIC: Test de actitudes de la ingesta de la comida. Consiste en 26 preguntas destinadas a medir la presencia de patrones de la ingesta trastornados y determinar si la paciente sufre anorexia nerviosa.
  • ELITIC: Test con 91 preguntas, destinado a medir una serie de síntomas psicológicos que se piensa que contribuyen al desarrollo y mantenimiento de los trastornos de la ingesta tales como la tendencia a la delgadez, insatisfacción corporal, perfeccionismo...
Estos cuestionarios no se pueden usar en sí mismos para diagnosticar trastornos de la ingesta, lo que sí pueden hacer es indicar quién es más propensa a tener un trastorno de la ingesta y cuales pueden ser algunos de sus problemas propios.
La entrevista: La entrevista de evaluación ayuda al médico o terapeuta a obtener una idea más clara del estilo de vida de la paciente, así como su peso actual, historial de la dieta, hábitos de la ingesta...
Otros aspectos como la asistencia al trabajo o clase, las relaciones con el novio o marido o amigas y la familia y las ocupaciones exteriores, son de interés porque arrojan luz sobre sus habilidades de desempeño, el grado de independencia y la medida de su aislamiento.
El médico, durante la entrevista, tendrá gran interés en conocer los intentos pasados y presentes de estar a dieta, atracarse y vomitar; el uso de los laxantes, diuréticos y píldoras dietéticas.
Por último el entrevistador querrá saber si la persona está preparada para cambiar y sobre todo si está dispuesta a recibir terapia.
Por otra parte, también es importante una evaluación física. Si una mujer presenta una figura emaciada y es incapaz de pensar con claridad o se muestra agitada y/o con otros signos de desequilibrio, puede requerir hospitalización inmediata. Un deterioro físico tan extremo, afecta al funcionamiento mental y la capacidad de obtener beneficios de la terapia.
Opciones del tratamiento: Después de la evaluación, se recibirán las recomendaciones para la paciente para iniciar el tratamiento.
No hay método estandarizado para tratar trastornos de la ingesta "el mejor tratamiento es el que da resultado".
Lo importante es que el programa sea exhaustivo, que combine psicoterapia con terapia nutricional y asistencia sociopsicológica y, si es necesario, atención médica especializada
Psicoterapia individual: quizá el aspecto más importante de la terapia es el desarrollo de una relación cálida entre la paciente y el terapeuta.
A las personas afectadas frecuentemente les resulta difícil confiar en otros. Es necesario un alto grado de confianza por parte de la paciente para confiar en el terapeuta. La enferma debe abandonar sus miedos y comienza a desarrollar hábitos alimentarios normales.
Psicoterapia tradicional: Los medios de esta psicoterapia animan a la paciente a reflexionar acerca de su infancia, sueños y sentimientos no expresados para, de ese modo, adquirir una nueva percepción de su conducta actual.
Al reconocer el papel de estas influencias subliminales, la paciente adquirirá una nueva percepción de sus acciones y las cambiará.
Esta clase de terapia viene mejor como accesorio de otros métodos. Hoy en día los psicólogos saben que el conocimiento acerca de las raíces de la conducta de una persona, no hará que se cambie esa conducta a menos que se cambie los hábitos alimentarios de la paciente. Muchas de ellas pasan años en terapia tradicional sin ni siquiera revelar que tienen un trastorno.
Por otra parte, a medida que la paciente consigue el control de su ingesta, la psicoterapia tradicional puede ayudarla a identificar y manejar algunos de los sentimientos que contribuyeran al trastorno.
Modificación de la conducta: Esta forma de terapia ignora por completo los sentimientos subyacentes y se centra sólo en la conducta cambiante. La modificación de la conducta actúa sobre un principio: reforzar una conducta deseada mediante premios y castigar o ignorar una conducta no deseada.
Esta forma de terapia da mejores resultados cuando la paciente está internada en el hospital, donde el personal puede contestar incentivos como la T.V. o excursiones, salidas...
Cuando se aplicó por primera vez este método, dio buenos resultados, pero por desgracia sólo fueron temporalmente. Las pacientes encontraron la estancia en el hospital tan desagradable que realizaron las conductas deseadas sólo es suficiente para ser dadas de alta y una vez fuera, volvieron a sus viejas costumbres.
Terapia conductista cognitiva: (la TCC) combina los mejores aspectos de la psicoterapia tradicional y la modificación de la conducta.
Este método requiere conocimiento y desafío de las conductas y pensamientos autodestructivos, seguido de apropiados cambios en la conducta.
Esta terapia implica los siguientes pasos:
  • Intensificar el conocimiento de la paciente, de sus propios patrones de pensamiento.
  • Enseñarle a reconocer la conexión entre ciertos sentimientos, los pensamientos autodestructivos y la conducta de la ingesta trastornada.
  • Sustituir las creencias erróneas por ideas más apropiadas.
  • Cambiar gradualmente las suposiciones fundamentales que subyacen en el desarrollo de los trastornos de la ingesta.
Se suele asumir " creencias erróneas" en un momento u otro; la diferencia es que para una enferma de anorexia tienen más extremas estas creencias. Algunos de estos pensamientos típicos son:
- Pensamiento blanco o negro/ todo o nada: que consiste en la convicción de que si todo no es perfecto, el desastre está a la vuelta de la esquina.
- Errores de atribución: por ejemplo, cuando una anoréxica afirma tajantemente que ha engordado un kilo sólo por haber comido un pastel la semana pasada cuando en realidad ese aumento de peso se debía a que estaba en la fecha del período menstrual, que siempre la hacía retener líquidos.
- Pensamiento mágico: la menor indulgencia en una comida " prohibida " significa obesidad instantánea. Algunas personas aseguran: " Mi cuerpo no tolera los hidratos de carbono, los convierte instantáneamente en grasa" o " soy adicta al azúcar", " pruebo algo dulce y pierdo el control". Tales ideas atribuyen propiedades irreales y casi mágicas a la comida y al cuerpo humano. En estos casos, lo mejor mirar un libro de nutrición o pedir ayuda a un experto en programas de nutrición para explicarle a la paciente como el cuerpo metaboliza la comida, con el fin de ayudarla a comprender que no existe la llamada comida " mala".
- Personalización: Anne, una anoréxica de 15 años, pasó las vacaciones en un tratamiento del trastorno de la ingesta y cuando regresó al instituto había engordado 3 o 4 kilos. Su profesora la vio y le dijo: " ¡¡ Anne, estás estupenda!!, ¿Has pasado un buen verano?". Durante el resto del día Anne se lamentó: "¿Habré engordado tanto que la gente lo nota?, ¿Sabía ella que yo estaba sometida a una terapia?". Anne había tomado el cortés comentario de su profesora como un drama, reflejo quizá de la baja autoestima que la caracteriza por su enfermedad.
- Exageración: la reacción de Anne ante el comentario de su profesora constituye un ejemplo de exageración: la tendencia a desorbitar las cosas. El comentario de la profesora se convirtió en una creencia.
Concluyendo: la TCC se ha practicado con buenos resultados en pacientes de bulimia y ha sido recomendado para el tratamiento de la anorexia nerviosa pero su efecto a largo plazo en esta última no se conoce con seguridad.
Terapias.
Terapia de grupos: para las personas que nunca lo han intentado, la idea de la terapia puede resultar aterradora. Descubrir sus pensamientos más íntimos, hacer frente a sus miedos... y la idea de hacerlo en grupo puede convertirlo en algo peor.
Sin embargo, el propósito de la terapia de grupo es justamente lo contrario: busca proporcionar una fortalecedora red de personas que saben lo que la persona (paciente) está sufriendo y quieren ayudarla.
Los grupos de terapia exigen un compromiso firme. Algunos pueden durar sólo unas semanas, pero otros se prolongan durante un año o más.
Lo cierto es que este tipo de terapia va más dirigido a enfermos bulímicos. Se sabe menos acerca de la terapia de grupos dirigida a anoréxicos. Algunos terapeutas afirman que esta terapia en lugar de tratar de cambiar su terapia de conducta, en grupo, las anoréxicas compiten fieramente por ver quién consigue mantener el peso más bajo o pasar más tiempo sin comer.
Terapia de familia: muchos terapeutas la recomiendan en enfermas anoréxicas jóvenes que con frecuencia viven con sus padres.
Esta terapia permite observar a los patrones trastornados que ayudaron a dar origen al trastorno de la ingesta. Durante la terapia, el terapeuta puede contemplar cómo se comunican los miembros de la familia entre sí. A la larga todo esto puede ayudar a que la paciente reconozca los patrones negativos de la familia, a que se vuelva más firme y a que la familia en conjunto aprenda mejores maneras de ayudar a que cada miembro logre satisfacer sus necesidades.
Características:
- Trata a la familia entera como paciente.
- Tres etapas:
  • INICIAL
* Etapa de evaluación.
* El terapeuta conoce a los miembros de la familia.
* Juntos elaboran un plan para ayudar a la enferma.
* Desempeño de la familia como unidad.
  • MEDIA
* Los padres aprenderán a ayudar a su hijo/a crecer y éste aprenderá a ser más independiente.
  • ÚLTIMA
* El terapeuta apartará a la familia de la terapia.
Terapia nutricional: el objetivo de esta terapia es ayudar a la paciente a asumir que puede comer todo lo que quiera con moderación. Para lograrlo ella debe estar libre del temor a que todo lo que coma le hará engordar.
Deberá enfrentarse a una firme prueba de que está demasiado delgada, pérdida de la menstruación, el hecho de que siente frío todo el tiempo... Éste simple enfoque, reconociendo los miedos de la paciente pero insistiendo en que coma de todos modos, ha obtenido resultados excelentes.
Grupos de autoayuda y de apoyo: estos grupos existen para las personas que no quieren o no pueden entrar en programas de tratamiento formal o cuya terapia formal ha finalizado, pero desean ayuda adicional.
El grupo recuerda a la paciente que no es la única, que otras mujeres se han visto envueltas en la misma conducta y no obstante se han recuperado.
Una desventaja de estos grupos es que a diferencia de los grupos de terapia, no exigen asistencia regular.
Grupos de auto ayuda: la autoayuda se refiere a aquellos grupos integrados enteramente por personas que padecen trastornos de la ingesta de comida. No hay miembros profesionales. En este grupo se anima a los miembros a contar sus historias personales, como solían ser las cosas para ellos/as y como son ahora.
Grupos de apoyo: estos grupos suponen la ayuda de uno o más profesionales, aunque sus papeles pueden cambiar a medida que cambian las necesidades de los miembros del grupo.
Los terapeutas suelen formular preguntas y orientar comentar Comilones anónimos: la filosofía que subyace aquí es que la ingesta compulsiva es una enfermedad progresiva.
Para ellos la enfermedad se puede controlar con doce pasos:
1º. Admitir que una se encuentra impotente ante la comida.
2º. Admitir que una fuerza superior puede devolver "la cordura" al afectado.
3º. Entregar la voluntad y la vida de una a Dios.
Los pasos restantes exigen que le miembro se enfrente a sus errores y los explique.
Casi todas las entrevistadas tenían opiniones contrarias a cerca de comilones anónimos: " ¡ lo último que una anoréxica necesita es oír que su ingesta está fuera de control y que debe de acudir a Dios o a una fuerza superior en busca de mayor control! ".

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